miércoles, 26 de agosto de 2009

Cinco contra cuatro

Desnaturalizado partido se vivió ayer por la pronta lesión de uno de los jugadores que se acercaron hasta el reducto de la calle Las Heras. En la primera pelota que tocó, Tito ejecutó un tibio remate que le causó un instantáneamente autodiagnosticado desgarro. Cojo, no tuvo más remedio que ir a la portería, donde hizo lo que pudo, dado que le era imposible movilizarse lateralmente y salir jugando aunque sea dos metros.

La circunstancia de encontrarse ante un equipo de cuatro jugadores fue muy bien aprovechado por Emi, Peluca, Galgo, el debutante Ian y Juani, quien con una nueva victoria se corta cada vez más en la cima de la tabla de posiciones. Manejaron la pelota con buena rotación ante un adversario flojo en la marca y que al promediar el partido sintió el cansancio lógico de no poder descansar en el arquero ni aplicar la instalada rotación de un gol cada uno bajo los tres palos.

Por despliegue, empuje, una aceptable cuota de gol y haber cortado una muy mala racha (que aún está lejos de revertir su muy baja efectividad en la tabla), Peluca se presentó como el mejor del match. Juani y Galgo mostraron una prolijidad y un juego sencillo y directo muy bien aprovechado por sus compañeros; el oriundo de Burzaco por momentos hizo surco por el centro de la cancha. De estreno en estos choques de los martes, Ian tuvo un arranque terrorífico, plantado e impreciso, pero cuando los de enfrente bajaron los brazos logró mostrar una versión más decorosa; igual quedó en deuda. Emi dio alguno de sus pincelazos, pero estuvo más contenido en un equipo claramente más volcado al juego de equipo que a la destreza individual; de todos modos hizo un buen partido.

El cuarteto que se paró delante del derruido Tito fue Migue, Pato, Batata y Seba. El menor de los hermanos Ostalaza fue el mejor de su team de cara al arco rival, pero sintió mucho el cansancio y se lo notó por demás fastidioso, con sus compañeros y la situación desfavorable en la que se desarrolló el partido. El frustrado periodista aportó en la marca hasta donde pudo, después tuvo el mismo despliegue que un caracol; su negación al gol a nadie sorprende, pero no deja de ser alarmante. El goleador del pop corrió bastante, pero no tuvo su poder de fuego característico y estuvo muy perdido en la marca. En tanto, el volante central de San Fermín fue el más rescatable de los vencidos; trató en vano de ordenar a los suyos; tras el final del partido no ocultó su enojo y explicó cómo se debe marcar, sólo le faltó el pizarrón

Johnnie Walker


A continuación la despiadada visión de Cabernet Sauvignon:

Tito: Nulo. Es evidente que el otrora recio y rústico zaguero ha llegado al epílogo de su carrera. Sus músculos acusan recibo de sus habituales correrías etílicas. A los 3 minutos de juego acuso desgarro y pedió refugio bajo los tras palos. Algún indiscreto camarada de su círculo íntimo dejo deslizar la posibilidad de que el de ayer haya sido su último partido del año. Desde ya el fútbol agradecido.
Pato: la semana pasada se dejó entrever que el ex barbado periodista está peleado con la definición. Sin ánimo de resultar grosero, me atrevo a aseverar que el Pato es ignorado por nuestro querido fútbol. A su torpeza habitual, el descarado ahora le agregó lentitud. Un muestrario de carencias técnicas.
Migue: Protestón, lento, impreciso, errático, insolvente, cansino, apático y siguen las firmas. La única esperanza para este cronista estaría dada por su deserción del papi de los martes.
Seba: Lo mejor de cuadrilla derrotada. Bien se podría decir que en el país de los ciegos el tuerto es rey, pero decirle tuerto resultaría un halago. Si intentará correr sólo un poco más lento iría para atrás. No obstante ello, con la pelota en lo pies fue de lo mas claro.
Martín: No se si este niño había jugado con anterioridad a este noble deporte de hombres. Pereció que nadie le dijo que al fútbol se corre y se "mete pierna". Parecía escapado de "Cantaniños".

Juani: Sigue siendo un cadáver futbolístico y ahora encima le agrego un olor a transpiración pestilente. Seba perecía Caniggia al lado del adiposo natural de Llavallol.
Galgo: Jugo a medía maquina, con cierta displicencia. Hubiese sido deseable que López Villa salga de su letargo bajo los tras palos y le aplique uno de sus ya consabidos correctivos a la tibia. Futbolísticamente intachable.
Peluca: Al desagradable wing de Remedios de Escalada le tocó tener una de esas actuaciones que le dan letra para hablar por los próximos 15 años, que será, a la vez, la próxima vez que juegue bien. Certero y -aunque parezca mentira- veloz.
Emi de León: Buena actuación. Le sobró paño aunque en algunos pasajes pareció contagiarse del joven de las oleaginosas, así que también le hubiera sido propicio un cachetazo en los dientes.
Ian: Su calificación debe ser tan baja que este cronista corre el riesgo de quedar como un maleducado. El administrador gastronómico parecía haber deglutido tres docenas de milanesas de sojas fritas en grasa. Lo mejor que hizo fue en las duchas cuando socializo un generoso frasco de champú de tres litros. Olvidable, obsceno, execrable.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Juani se corta arriba

Un partido parejo más desde su chatura que por exposición de virtudes, determinó el triunfo, por carácter, del equipo compuesto por Javi, Julián, Juani, Guido y el regresado Guindi, ausente durante varios meses. Durante casi tres cuartas parte del encuentro el conjunto ganador fue dominado por el team que integraban Emi, Pata, Galgo, Pato y el también reincorporado Tete. Pero una vez que lograron revertir el marcador supieron explotar las limitaciones del adversario para quedarse con el triunfo.

Por los dos goles que anotó, ambos de gran factura –por la fineza de la definición- y tremenda importancia, más su cerrojo como portero en el tramo definitorio, Juani se erigió en la figura del encuentro. Los tres puntos conseguidos le permiten al progenitor de Iker cortarse en lo más alto de la tabla de posiciones: sus inmediatos perseguidores están a seis puntos de distancia, lo que le permite garantizarse, al menos, comenzar el noveno mes del año sin bajarse de la cima.

Quienes lo acompañaron tuvieron prestaciones disímiles. Guido aportó un buen despliegue y sacrificio, pero mala puntería de cara al arco rival; sin embargo y pese a un rebote fortuito, terminó por anotar el gol de la victoria. Javi fue apuntado por sus compañeros por su imprecisión en los pases y su quietud; puede dar mucho más. Guindi sufrió la velocidad de la cancha, pero sabedor de sus limitaciones nunca intentó ir más allá; ostenta puntaje ideal en tres presentaciones. Julián se paró decididamente en ataque, buscando siempre aguantar la pelota, no siempre lográndolo; sobre el final sufrió la brusquedad de Pata, que lo dejó grogui.

El team vencido padeció flaqueza espiritual para dar vuelta el trámite del partido una vez que se vio en desventaja y sufrió la falta de gol. Compuesto por jugadores más luchadores que virtuosos, a excepción de Emi, esa primacía del esfuerzo por sobre el talento fue su lastre al fondo del océano de la derrota.

Lo más atractivo del partido pasó por el vibrante final, propiciado por la paridad de un encuentro en el que jamás hubo más de dos goles de diferencia. Entonces, igualados con el tiempo que se esfumaba llegó el gol de Guido con la carambola señalada para poner por uno arriba a los suyos. Ya con el pelado y los protagonistas del partido siguiente al costado de la cancha, ese tiempo adicionado se vivió con los perdedores lanzados íntegramente al ataque. Pato tuvo dos chances de establecer la igualdad, pero se sabe de su fobia al arco rival y su alergia al gol. Como era previsible, llegó la contra letal, que estableció la diferencia de dos, el final del partido y la sonrisa de Juani por saberse el líder absoluto.

Johnnie Walker


Como ya es costumbre y deseo de los lectores, la visión del oculto pero siempre presente sagaz ojo de Cabernet Sauvignon:

Juani: el cadáver futbolístico no resucitó, pero sí es un muerto vivo. Ayer tuvo una destacada actuación y es menester reconocerle su ductilidad en la definición de dos goles que cotizaron muy alto. Fue el mejor de los 10.
Guido: procedió cual un león miope encerrado. Intentó movimientos de cancha de once en el reductor baldoseril de la calle Las Heras. Con la mira descalibrada, de tarro embocó el gol decisivo.
Julián: el golpe sufrido por el racinguista a instancias de la desbocada salida del Patón impide ser duro con él en la crítica. Sólo cabe señalar que intentó más de lo que consiguió.
Iñaki: la vuelta del cafetero, heladero y fundamental birrero fue prolija y a su vez desprolija. Prolija por su juego sin pretender un solo chiche y procurando esfuerzos; desprolija por su impresentable indumentaria y su hinchazón abdominal.
Javi: el adicto pitador parecía estar ahogado por las colillas. Físicamente derruido, erró pases a dos metros. Sus compañeros lo hostigaron con justeza.

Pato: laborioso en la marca, pese a seguir varias veces de largo y perder a su hombre asignado en otras. En lo que respecta al arco rival, deberá tratar su negación con un psicólogo deportivo.
Emi: único tecnisista en su team, mostró su mejor versión en la primera mitad; sobre el final se desdibujó y enredó por demás.
Pata: el novel judicial careció de casi todo, menos de carácter para con brusquedad estar cerca de sacarle la cabeza a Julián. Sic sic, perla negra.
Tete: la vuelta del gerente gastronómica fue regular. Si bien no se pudo decir que estuvo lento, sí muy impreciso e inofensivo. Le siguen sacando piernas en la semana.
Galgo: como el resto del equipo arrugó sobre el final. Antes había mostrado aceptables cualidades, hizo algunos goles, pero, en general, también tiró con cebitas.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Solooo yo quiero estar contigoooooo

Dos regresos con victoria se dieron ayer en el Lomas Social. Batata y Pipa volvieron y ambos integraron el quinteto ganador, junto con Emi dL, Pato y Juanma. El goleador del pop (como se bautizó en este blog a Martín Otxotorena, por sus consabidas dotes de cantor y su poder de fuego en el papi) tuvo un retorno por demás esplendoroso, ya que fue la figura del partido. Estuvo movedizo y quemador de redes. Hizo varios goles, algunos de tremenda factura, destacándose el que le picó a Peluca (el golón no se debió a la baja estatura del ocasional portero, sino a la precisión de la pegada) y el fulminante chutazo al ángulo del primer palo cuando el guardavallas era Juani.

En cambio, la vuelta de Pipa no fue plena. El juvenil atacante tuvo un match interesante, en el cual dio muestras de su habilidad y supo conservar la calma cuando sus primos lo buscaban. La única contra que tuvo fue exceso de individualismo en el ataque. Lo malo de su regreso fue que sintió una molesta en el mismo sector del desgarro que lo tuvo alejado de las canchas. Obligado a ocupar la portería en el último tercio de partido, lo hizo de gran forma.

Juanma mostró discordancia entre su velocidad y potencia en relación a la precisión. Nuevamente rindió por debajo de lo que puede; de todos modos anotó los goles decisivos de la victoria y eso aumentó su valía. Emi tuvo buenos aportes en la marca y el ataque, aunque con algunos nudos evitables con un pase previo. Pato estaba descontextualizado: único limitado en un equipo con cuatro habilidosos, tuvo un actuación pobre que tal vez habría podido matizar con una ausente buena entrega de sudor.

El encuentro se planteó como una de revancha, ya que el equipo que había ganado siete días antes formó de la misma manera: los hermanos Ostolaza, Peluca y Javi. Del otro lado se mantuvieron Juanma, Emi dL y Pato, mientras que los retornados Batata y Pipa ocuparon los lugares de Tito y Tuca.

Peluca estuvo movedizo, pero falló en la definición en el tramo final. Migue también careció de puntería contra el arco rival; de buen arranque pareció por momentos fastidiado. Juani rescribió su perfil de último hombre con contados avances, pero careció de su ductilidad característica. Javi mostró una actuación regular, de mayor protagonismo sobre el final y con firmeza en la marca. Pata prestó largo recorrido, aunque su aporte en ataque pudo haber sido mayor.

Fue un partido de trámite parejo, con bajo goleo inicial pero dominio del equipo que finalmente se impuso en esa instancia. Con el correr de los minutos el otro elenco se afirmó con mayor prestancia en el campo y a partir de una buena rotación de pelota por momentos impuso condiciones para dar lugar a un atractivo ida y vuelta.
El último tramo del partido fue emocionante, ya que el resultado alternaba igualdades con ventajas de apenas un gol para alguno de los equipos. Todo era muy cambiante en esos minutos finales. Con el partido empatado, Pato, de gris desempeño, agarró al boleo la sortija luego de dar varias vueltas en vano, cortó un ataque rival en la mitad, encaró solo al arco y cuando le salió el arquero –Juani- la cedió para Juanma, que sólo frente al arco estableciera la ventaja que sería definitoria y terminaría estirándose por un gol más.

El conjunto derrotado puedo haberse quedado con los tres puntos, ya que en el cuarto de hora final orilló constantemente el área rival con gran facilidad por la pasividad en la marca de sus oponentes, pero con muy mala definición. El precio fue alto, la derrota.

Como ya es costumbre el uno x uno de Cabernet Sauvignon:

Juanma: El blondo empleado automotriz repitió errores de la semana pasada. Nublado, volvió a protagonizar jugadas ridículas. Sus goles sobre el final lo salvaron del escarnio en este espacio.
Pato: Pese a su disfraz de futbolista estuvo a contramano casi todo el partido. Livianito en la marca, el gol sigue siendo un misterio en su escaso repertorio. Quedó en deuda.
Pipa: Todavía fuera de ritmo. Raro en él, tuvo generosidad en la marca. Le faltó largarla más. Asustado por un nuevo desgarro, se paró bajo los tres palos y como cancerbero tuvo un gran papel, salvando a su equipo en reiteradas ocasiones.
Batata: Por habilidad, sacrificio, perfil bajo y goles coquetos, la figura de los ganadores y del partido. Aplauso medalla y beso para el ex animador musical de las reuniones gastronómicas de cada primer viernes de mes en el Denak.
Emi: Regular actuación. Habilidad peligrosa para el rival en ataque y también una amenaza en defensa, pero para su propio equipo. Debe encontrar la mixtura ideal entre individualismo y juego colectivo.

Migue: ¿Qué te pasa Mitxele, estás nervioso? Partido raro del corredor telefónico: por momentos lúcido en el manejo, en otros parecía un ciego cruzando Panamericana. Sobre el final se fue de nueve para ratificar su desnutrida vocación de gol.
Peluca: Mucha cháchara y poca efectividad. Amago más de lo que concretó. Uno de los más perdedores en lo que va del año, por algo será. De todos maneras no enterramos el ex peligroso ariete.
Javier: Destacable sacrifico, aunque su juego se vio desvirtuado por la falta de asociación. Cuidó bien la pelota, pero le faltó lanzarse más al ataque. Procuraremos no hacer más menciones a su sexualidad y omitiremos hacernos eco de los rumores sobre su infortunio eréctil.
Juani: Discreta actuación. Confundido por intensas jordanas de trabajo y un hogar copado por biberones y pañales, estuvo desorientado. Deberá aceptar que la cancha tiene dos mitades.
Pata: el novel judicial otra vez pareció cargar con un lastre de varias fojas en sus piernas. Atraviesa una crísis futbolística que no logra superar. Tal vez le falta el dulce que abandonó en su anterior empleo del ramo de las golosinas.

Johnnie Walker

miércoles, 5 de agosto de 2009

Timbos que debutan ganan

Su ingreso fue fulgurante. La sonrisa amplia actuaba de prólogo. Pero las miradas ajenas no se posaron en esa mueca de felicidad, sino en el origen de la misma, que venía desde más abajo; desde mucho más abajo si se tiene en cuenta la contextura del protagonista. El destello azulino encandilaba, el rechineo contra las baldosas de la goma nueva era música: Pata hacía estreno de unos impecables botines, salidos de su caja escasos minutos antes del inicio del cotejo. El lanzamiento al ruedo de su nuevo calzado preveía tres puntos para los suyos, y así fue.

Lo más destacado del partido fue la conducta mezquina, llorona y farsante de varios, lo que terminó por desdibujar el normal desarrollo de las acciones propias del juego. Al parecer son varios a los que en la casa los tienen al trote o en el laburo bailan como con una escoba en el orto. Entonces, si el fútbol de los martes les sirve como catarsis, bienvenido sea. Ojo, otra posibilidad de descargar tensiones es hacerse romper en culo en Palermo por un trabuco pintarrajeado y con capelu de muñeca.

Es importante tener en cuenta las siguientes máximas, científica y sociológicamente comprobadas, de las que cada cual sabrá hacerse cargo:

-El que afana un lateral tiene problemas de erección.
-El que sabiendo que se le fue la reclama a su favor goza cuando lo apoyan en el subte
-El que corta una jugada cuando no llega es eyaculador precoz.
-El que discute una jugada estando en la otra punta es propenso a las hemorroides.
-El que se tira simulando un foul suele saborear su propio esperma.
-El que protesta airada y continuadamente anhela un alargador peneano.

Centrándonos ya en el plano futbolístico, hay que decir que se desarrollaron dos partidos dentro de uno, con una primera mitad claramente favorable a un bando y la segunda al otro. Por ser siempre la media hora final la más importante, la victoria fue para el quinteto compuesto por el trío Ostolaza, el más tabaquero de sus primos y el gerente telefónico. Este conjunto supo recuperarse de un trámite por demás adverso para sacar el partido adelante con empuje y el nutritivo caldo de gallina que había enfrente.

Si bien el análisis particular de cada jugador podrá leerse más abajo en la visión de Cabernet Sauvignon, vale destacar en los ganadores la vehemente firmeza de quien estrenaba chancletas, pese a su mala tarde-noche con la pelota (se comió la jugada de gol más increíble de la historia); el orden táctico, el corte recurrente y la ligera lengua de Juani; la movilidad constante y aporte de gol de Peluca; el juego de Javi -el mejor del partido- para ser eje fundamental de la levantada de su equipo y la zapienza de Migue, de gran aporte cuando el partido quemaba, lo cual siempre tiene un valor extra.

Por el lado de los perdedores, Juanma estuvo impreciso como nunca se lo había visto en el Lomas Social, Emi dL tambaleó en la marca y abusó del individualismo, Pato tuvo un arranque auspicioso pero terminó siendo un desastroso lastre para su equipo al flaquear en todos los aspectos, Tuca sufrió una contractura que lo mandó al arco y significó una clara merma en el juego de su team, mientras que Tito fue, por amor propio y entrega, el valor más destacable de los perdedores, pese a su exceso de pierna y verba.

A continuación la particular visión de Cabernet Sauvignon.

Peluca: El global de su actuación fue pobre. Errático, lento e impreciso. Se favoreció de los yerros rivales. Cada día se vislumbra más lejano su nivel futbolístico de otrora.
Javier: El más parejo del equipo ganador. Corrió, metió y jugó (esto último en cuentagotas). Ya se aclaró que no se busca desde este espacio las cuestiones personales, pero no podemos dejar de informar que los rumores de sus padecimientos eréctiles cobran cada vez mas fuerza.
Juani: Nulo. Poca marca, poco fútbol, mucha parla. Estamos en presencia de un cadáver futbolístico.
Migue: Primo y socio en el buen trato de pelota del joven Bengoechea. Mostró entrega y vocación para acallar algunas duras críticas que se le atizaron la semana pasada desde este foro. Aplaudimos su nueva actitud.
Patón: El novel judicial (ex gremio de las golosinas) ratificó la sabiduría del refranero popular que dice: "el hábito no hace al monje". Irrumpió en el field pocos minutos antes del comienzo del match empuñando calzado de alta gama, que sería motivo de envidia del propio "lio Messi". Su actuación podríamos haber dicho que fue mala sino fuera por el gol que se devoró casi al final del partido. Corrió media cancha con el arco vacío para finalmente pisar la pelota, caerse, golpearse contra un pelo y ver como la pelota no ingresaba al arco. Debería replantarse su continuidad en estos encuentros de los martes. Sus zapatillas pueden ser cotizadas dignamente en el mercado de usados.

Pato: Buena actuación hasta la mitad del partido, luego cayó en una amplia laguna. Se lo notó incómodo con el tramite conversado y áspero del partido.
Tito: Mala actuación. El de Burzaco alega antepasados gallegos y baskos, pero desde aquí sostenemos que porta sangre uruguaya: recio y poco dúctil. Apuntó a las tibias ajenas. Parlanchín por demás.
Tuca: Rara actuación. En el momento más áspero del partido acusó lesión y buscó cobijo bajo los tres palos. Es duda para el inicio de la nueva temporada de San Fermín.
Juanma: Sin duda alguna la actuación mas desilucionante del calvo empleado automotriz. Protagonista de jugadas ridículas, pero no tanto como el Patón.
Emi: Floja actuación. Quizás alimentado por los elogios de la semana pasada aposto siempre a la individual. Deberá volver a la buena senda por su bien y el de sus circunstanciales compañeros. De todas maneras, y sin animo de caer en comparaciones, su actuación al lado de la del Patón fue "maradoniana".

Johnnie Walker