Desnaturalizado partido se vivió ayer por la pronta lesión de uno de los jugadores que se acercaron hasta el reducto de la calle Las Heras. En la primera pelota que tocó, Tito ejecutó un tibio remate que le causó un instantáneamente autodiagnosticado desgarro. Cojo, no tuvo más remedio que ir a la portería, donde hizo lo que pudo, dado que le era imposible movilizarse lateralmente y salir jugando aunque sea dos metros. La circunstancia de encontrarse ante un equipo de cuatro jugadores fue muy bien aprovechado por Emi, Peluca, Galgo, el debutante Ian y Juani, quien con una nueva victoria se corta cada vez más en la cima de la tabla de posiciones. Manejaron la pelota con buena rotación ante un adversario flojo en la marca y que al promediar el partido sintió el cansancio lógico de no poder descansar en el arquero ni aplicar la instalada rotación de un gol cada uno bajo los tres palos.
Por despliegue, empuje, una aceptable cuota de gol y haber cortado una muy mala racha (que aún está lejos de revertir su muy baja efectividad en la tabla), Peluca se presentó como el mejor del match. Juani y Galgo mostraron una prolijidad y un juego sencillo y directo muy bien aprovechado por sus compañeros; el oriundo de Burzaco por momentos hizo surco por el centro de la cancha. De estreno en estos choques de los martes, Ian tuvo un arranque terrorífico, plantado e impreciso, pero cuando los de enfrente bajaron los brazos logró mostrar una versión más decorosa; igual quedó en deuda. Emi dio alguno de sus pincelazos, pero estuvo más contenido en un equipo claramente más volcado al juego de equipo que a la destreza individual; de todos modos hizo un buen partido.
El cuarteto que se paró delante del derruido Tito fue Migue, Pato, Batata y Seba. El menor de los hermanos Ostalaza fue el mejor de su team de cara al arco rival, pero sintió mucho el cansancio y se lo notó por demás fastidioso, con sus compañeros y la situación desfavorable en la que se desarrolló el partido. El frustrado periodista aportó en la marca hasta donde pudo, después tuvo el mismo despliegue que un caracol; su negación al gol a nadie sorprende, pero no deja de ser alarmante. El goleador del pop corrió bastante, pero no tuvo su poder de fuego característico y estuvo muy perdido en la marca. En tanto, el volante central de San Fermín fue el más rescatable de los vencidos; trató en vano de ordenar a los suyos; tras el final del partido no ocultó su enojo y explicó cómo se debe marcar, sólo le faltó el pizarrón
Johnnie Walker
A continuación la despiadada visión de Cabernet Sauvignon:
Tito: Nulo. Es evidente que el otrora recio y rústico zaguero ha llegado al epílogo de su carrera. Sus músculos acusan recibo de sus habituales correrías etílicas. A los 3 minutos de juego acuso desgarro y pedió refugio bajo los tras palos. Algún indiscreto camarada de su círculo íntimo dejo deslizar la posibilidad de que el de ayer haya sido su último partido del año. Desde ya el fútbol agradecido.
Pato: la semana pasada se dejó entrever que el ex barbado periodista está peleado con la definición. Sin ánimo de resultar grosero, me atrevo a aseverar que el Pato es ignorado por nuestro querido fútbol. A su torpeza habitual, el descarado ahora le agregó lentitud. Un muestrario de carencias técnicas.
Migue: Protestón, lento, impreciso, errático, insolvente, cansino, apático y siguen las firmas. La única esperanza para este cronista estaría dada por su deserción del papi de los martes.
Seba: Lo mejor de cuadrilla derrotada. Bien se podría decir que en el país de los ciegos el tuerto es rey, pero decirle tuerto resultaría un halago. Si intentará correr sólo un poco más lento iría para atrás. No obstante ello, con la pelota en lo pies fue de lo mas claro.
Martín: No se si este niño había jugado con anterioridad a este noble deporte de hombres. Pereció que nadie le dijo que al fútbol se corre y se "mete pierna". Parecía escapado de "Cantaniños".
Juani: Sigue siendo un cadáver futbolístico y ahora encima le agrego un olor a transpiración pestilente. Seba perecía Caniggia al lado del adiposo natural de Llavallol.
Galgo: Jugo a medía maquina, con cierta displicencia. Hubiese sido deseable que López Villa salga de su letargo bajo los tras palos y le aplique uno de sus ya consabidos correctivos a la tibia. Futbolísticamente intachable.
Peluca: Al desagradable wing de Remedios de Escalada le tocó tener una de esas actuaciones que le dan letra para hablar por los próximos 15 años, que será, a la vez, la próxima vez que juegue bien. Certero y -aunque parezca mentira- veloz.
Emi de León: Buena actuación. Le sobró paño aunque en algunos pasajes pareció contagiarse del joven de las oleaginosas, así que también le hubiera sido propicio un cachetazo en los dientes.
Ian: Su calificación debe ser tan baja que este cronista corre el riesgo de quedar como un maleducado. El administrador gastronómico parecía haber deglutido tres docenas de milanesas de sojas fritas en grasa. Lo mejor que hizo fue en las duchas cuando socializo un generoso frasco de champú de tres litros. Olvidable, obsceno, execrable.

