miércoles, 25 de marzo de 2009

Pesto

El partido de ayer en el Lomas Social tuvo algunos puntos particulares: se jugó en un horario más temprano que el estipulado habitualmente, contó con invitados eventuales (ya que hubo quienes prefirieron pasar el día no laborable sin esfuerzo físico alguno), el regreso de Txetxto y las influencias de Pata, que logró que el club se abra sólo para que se dispute un nuevo encuentro. En lo estrictamente futbolístico Pato cortó su muy afortuna racha ganadora y pese a que sigue en la punta ya no está en soledad, sino en compañía de Pipa. En tanto Seba y Pata siguen sin poder sumar; la mala fortuna parece estar ensañada con estos dos legendarios jugadores.

De entrada, el choque se planteó como un duelo generacional que, tal vez como era previsible, vio victoriosos a los más jóvenes. Lo llamativo fue la facilidad con la que ganaron, ya que siempre estuvieron arriba en el marcador y terminaron imponiéndose por 7 goles. En fin, lo que se dice un pesto, baile o catanga.

El conjunto vencedor encontró como figura de la cancha a Pipa, quien esta vez no intervino en polémicas y tuvo una actuación más de equipo que individual. Así, se trato de una jornada plena para el habilidoso juvenil, ya que fue el valor más destacado y se subió a la cima de la tabla de posiciones. Javi también tuvo una buena actuación y fue pieza clave para el triunfo desde su orden y buen manejo de pelota. Junto a estos dos componentes del clan Bengoechea, el equipo lo completaron tres invitados: Ramiro, que cumplió una muy buena actuación, sobre todo en el arco, donde estuvo buen rato; Mariano, que aportó marca y acompañó bien, y Martín, de muy buen partido, aunque con una irreverencia marcada para ser un foráneo a estos encuentros, lo cual le valió algún que otro correctivo de Seba y Pata.

Del lado de los perdedores, por despliegue, manejo y gol (algo que escaseó mucho en el elenco derrotado) Diego fue lo más destacado del equipo. Pata, Seba, Pato y Txetxo, con las diferencias de aportes que se sabe dan cada uno de acuerdo a sus condiciones, intentaron, pero la realidad fue siempre muy adversa y los esfuerzos no alcanzaron.

Ya con un trámite irremontable, ingresó Leo por Pata (después reingresó por Pato). No se puede evaluar su participación, aunque el hecho de haber ingresado se computa en la tabla.

Cabe resaltar el regreso del otrora reconocido rugbier -cuando supo lucir la casaca roja de los de Burzaco-. Mostró una versión más fina, con algo así como 6 kilos menos, algo que se hizo evidente a simple vista. Aunque como lo advirtió el Ogro Fabbiani, defensor de las busardas y las fiestas, perdió parte de su habitual potencia. De todos modos celebramos su regreso.

Johnnie Walker

miércoles, 18 de marzo de 2009

Fecha libre

La vida le sonríe a muchos de los integrantes de estas justas deportivas semanales. Algunos en Cancún, con pulserita en la mano izquierda y la derecha curvada en forma de vaso; otro en New York, en rol empresarial, iluminado por la luces de la gran metrópoli… En fin, sus ausencias imposibilitaron alcanzar los recursos necesarios para establecer una nómina a acorde a las exigencias. Así es la cosa, algunos regresan de Oceanía o Brasil y otros se desplazan hacía el norte de continente ¡Alcemos la copa por la bonanza de estos buenos amigos!

Si bien pese a las ausencias de los emigrados temporarios podría haberse logrado juntar los jugadores necesarios, influyó, también, la doble competencia. Tal como hay equipos que juegan copa y campeonato, varios de los talentos animadores de estos choques debieron hacerse presentes en el Club Alemán para defender el maltrecho honor de San Fermín, esta vez en la modalidad nocturna de juego reducido.

A esto se suma los que no se animan a jugar, como Txetxo, por poner el ejemplo más acabado de los desertores.

Especial reconocimiento a la plebe, a aquellos pobres cristianos que de todos modos estaban al pie del cañón bien dispuestos a hacer rodar la pelota como cada martes.

Veremos qué sucede el martes próximo, si hay quórum para retomar los choques.

Johnnie Walker

miércoles, 11 de marzo de 2009

El fútbol no se merecía esto

Un partido entre amigos no puede terminarse abruptamente porque no queda otra. No se puede llegar a ese punto. Eso pasó en el último martes en el Lomas Social cuando la gota que renvalsó el vaso llegó a poco del final tras un encuentro en el que se jugó con demasiada pierna fuerte y muchísimas protestas infundadas. Hay que ser coherente: si se afana un lateral después no vale la queja cuando el otro hace lo mismo (chorear un lateral es de cuarta y discutirlo de más también); si se va fuerte, hay que bancarse después recibir también una marca vehemente; si se hace un foul y encima se protesta, más tarde no cabe cobrar uno y ofuscarse con la queja del contrario. Es decir, no va ese travestismo de hacer algo incorrecto y después señalarlo al de enfrente cuando también hace algo mal.

El que responde con patas cuando otro jugador lo pasa seguido o le pisan la pelota equivoca el camino. Bancársela es no tener que robar un lateral y no discutir 5 minutos si es tuyo o mío, no cobrar cosas que no existen, no pegar como principal forma de defender y no hablar de más cuando el rival cobra algo con argumentos. Está bueno jugar fuerte y a cualquiera se le puede escapar una patada, pero no va eso de buscar a otro desde el primer minuto. Si algún día alguien se lastima por una pierna demás llegará el tiempo de los remordimientos y es preferible evitar llegar a eso. Y el hablar de más no hiere, pero se hace insoportable. Cada uno de los jugadores debería revisar su comportamiento y los aspectos que tiene que cambiar.

Dicho esto damos paso a un somero análisis del encuentro. El preámbulo de esta nota deja de manifiesto que fue un partido malo. Con el paso de los minutos se fue confundiendo jugar firme y fuerte, con pegar, chicanear y protestar. Así el partido se desdibujó cuando podría haber salido bueno.

La figura de la cancha, por rendimiento y perfil bajo, manteniéndose al margen de cualquier disputa, fue Martincito. Corrió mucho, metió, cuidó la pelota, fue peligroso en ataque y atajó una barbaridad. Tuca, compañero suyo en el equipo ganador, también pudo haber sido reconocido como el mejor, ya que marcó bien, manejó con cuidado la pelota y en el ataque tuvo gol. El hecho de no haber atajado, cuando el Enano lo hizo muy bien, fue el punto que definió que uno y no el otro haya sido elegido como el valor más destacado.

Matu Pitré fue otro de los que sumó tres puntos. Fue él quien inició el partido bajo los tres palos y luego de hacerse un gol increíble atajó impresionantemente. Ya en cancha aportó su característico despliegue y manejo, pero no estuvo exento de la característica de partido de repartir y protestar. Su categoría de jugador bien lo pondría hacer prescindir de este perfil; no lo necesita.

Pato volvió a ganar y se mantiene solo al tope de la tabla de posiciones, pero otra vez se llevó un triunfo en el cual hizo un aporte más que discreto. Estático, ayudó un poco en la marca, pero de la mitad de la cancha hacia adelante lo suyo fue prácticamente nulo. Puso ganas, pero no alcanzó; fue el más flojito de los triunfadores.

Quien completó el quinteto que fue vencedor por una holgada cifra de cinco goles fue Pipa, uno de los protagonistas del desagradable desenlace. Luego de haber recibido muchas patadas durante todo el partido reaccionó. Entendible, pero desde esta lugar no se lo va a justificar. Cuando Seba se iba de frente al arco lo cruzó de atrás, mal, aunque no fue un patadón. Ese fue el hecho que precipitó el final. Antes había mostrado un rendimiento con altibajos: estuvo morfón y no escatimó protestas a los gritos, pero marcó y con su habilidad generó peligro en ataque.

El repaso del equipo de los perdedores comienza con el otro protagonista del incidente final, Seba. Tras la falta mencionada demostró que pese a ser un león herbívoro le quedan resabios de sus años mozos y de vez en cuando se quiere comer un buen churrasco. Se enojó mucho con Pipa y conocedor de su temperamento prefirió agarrar su mochila y salir de la cancha y así evitar llevar a mayores una discusión con alguien al que dobla en edad. Al poco rato, ya más calmo, entendió la situación al reconocer que a Pipa le pegaron todo el partido. En cuanto al juego propiamente dicho, mostró su reconocida jerarquía, aunque tal vez le faltó peso en ataque.

Pata colaboró en el que el partido elevase su temperatura; estuvo temperamental en exceso por momentos. Tuvo despliegue, pero falló frente al arco rival, o tal vez padeció lo bien que lo defendieron. Hizo un buen partido y por eso sigue siendo injusto que continúe sin puntos en la tabla de posiciones.

El partido marcó la vuelta de uno de los mayores animadores de estos encuentros, Peluca. El pesado tono del partido nubló el regreso del alguien que llegó de sus vacaciones mimetizado con uno de los ídolos de aquellas tierras, ya que volvió con el mismo peso que el Cazador de Cocodrilos (que en paz descanse). Cuando retome su forma física volverá a marcar diferencias.

Con Seba, Pata y Peluca, el equipo perdedor lo completaron Tito y Leo. El Mariscal de Burzaco tuvo un partido regular, ocupó bastante tiempo el arco, pero lo que más se destacó en él fueron las constantes protestas y pedidos. En un partido con mucha pierna de más y bocas demasiado abiertas, Leo fue el que más aportó de las ambas cosas.

En el final, no puede dejar de resaltarse que casi todos los jugadores reconocieron una vez producido el abrupto final del partido que se cometieron errores y excesos. Así, hay plena confianza en que no se repita un encuentro con las características mencionadas y que, entonces, estas crónicas puedan hablar propiamente del juego y los desempeños de cada uno, que es para lo que se creó este espacio. No hay que jugar como nenas, porque lo que hace lindo estos partidos es las ganas de ganar que todos tienen y como se pone en consecuencia, pero no hay que exacerbar los ánimos y saber frenarse a tiempo.

Johnnie Walter

miércoles, 4 de marzo de 2009

El regreso de un dandy

El último martes hizo su retorno al Lomas Social, para hacer su debut en el torneo puntuable recientemente instaurado, Batata. Y fue a lo grande, con triunfo y erigiéndose como la figura del partido. En realidad, fue muy difícil destacar a alguien por sobre los demás en un partido sin alto vuelo, con pierna fuerte por momentos y el peligro latente de algunas trampas de agua. Pero no sería injusto elevar por sobre el resto al Goleador del Pop, quien corrió, mostró su ductilidad, entubó soberanamente a Matu Formisano con un caño impoluto y no escatimó su característica elegancia.

Batata integró el equipo ganador con Tuca, Matu Pitré, Pipa y Pato. El primero mencionado en este cuarteto que actuó como reparto del protagonista estrella tuvo una destacada actuación al combinar marca y juego y aportar tantos valiosos y de muy buena factura; tuvo una actuación acorde con sus capacidades. El Flaco otra vez aportó su despliegue habitual, esta vez con una versión más temperamental que de costumbre y sirvió de dique en los momentos más complicados para su equipo. Sigue demostrando que su presente futbolístico es muy destacado, pero con perfil bajo desdeña el marketing.

Pipa volvió a mostrar su versión “Papelito”. Estuvo varias veces revolcándose en el suelo, aunque todavía no se pudo descifrar a ciencia cierta si sus caídas son productos de golpes arteros contra su humanidad, exageración en el contacto o un mix de ambas cosas. Los rivales lo fustigaron por no creerle. Lo cierto es que tuvo un buen desempeño, con pinceladas de categoría.

Pato tuvo una actuación intrascendente y estuvo estático. Aunque con más errores que aciertos, sus falencias no fueron tan graves como para forzar la derrota de su equipo. Sigue al tope de la tabla de posiciones y es injusto, ya que esta vez se anotó un triunfo por el cual no hizo nada.

El conjunto vencido estuvo compuesto por Pata, Tito, Matu Formisano, Tete y Juanma. El más lungo de los Ostolaza anotó el primer gol del partido con un tanto característico, con su sello: tras un corner empalado desde la izquierda conectó el balón con los 3,15 mts de cordón de su diestra para eyectar un furibundo bombazo. Su garra no alcanzó para llevar a su equipo a la victoria. Inmerecidamente, aún no sumó.

El Mariscal Tito demostró que de fútbol lo sabe todo. Es decir, no lo puede materializar; pero saber, lo sabe. Tuvo una actuación inferior a la del pasado martes. Sobre el final, emuló a Campagnuolo: con su equipo abajo por uno y lanzado plenamente al ataque perdió la pelota en una salida ante Tuca, quien se fue caminando al gol, para poner la diferencia de dos con la que se cerró el partido, ya que el juego no se reanudó. Enojado, apenas finalizado el match, se quejó de la mala fortuna al señalar que pegaron seis tiros en los palos. A veces el fútbol es ingrato, Tito.

Juanma mostró su velocidad, despliegue y potencia habitual. Peligroso en ataque, donde complicó al rival al marcar diferencias en el uno contra uno, de todos modos no encontró el rédito necesario. Tete metió, no se puede decir que no, pero tuvo una actuación sombría. Pese a mostrar esfuerzos denodados para ayudar a sus compañeros, no estuvo fino en los momentos decisivos.

Matu Formisano presentó una versión excedida, cual Ogro Fabián. Sin embargo, aportó buen manejo, bajó a buscar la pelota para armar juego continuamente y con movilidad y rotación forzó en ataque. En el último tramo del partido, el Negrito mostró su faceta más odiosa: pendenciero, se puso protestón; reclamó y protagonizó duros choques verbales -aunque no tanto físicos- con su tocayo Pitré. También tuvo un fuerte cruce con Tuca, aunque el encontronazo con su colega de correrías nocturnas no implicó palabras, sino algunas miradas furtivas. Fue protagonista involuntario y pasivo de la jugada más vistosa del encuentro, cuando –ya lo hemos señalado en el primer párrafo- Batata de metió un soberano túnel.

Pese a que por la tarde el clima reinante y el pronóstico amenazaban la realización del partido, y pese a los agoreros pesimistas que preveían fuertes tormentas, el encuentro se concretó. Si bien no fue un cotejo de alto vuelo, sirvió para despuntar el vicio. Hasta el miércoles próximo.

Johnnie Walker