El nuevo formato de torneo corto castiga ausencias y derrotas y premia triunfos con más fuerza que el año pasado. La vorágine hace que un buen arranque sea un gran impulso y un mal comienzo una pesada hipoteca. Así, el inicio de Javi con tres victorias en la misma cantidad de partidos lo perfilan como candidato. El contrapunto es Juani, campeón defensor que todavía no pudo sumar.
El partido de ayer albergó las emociones que siempre se presentan en los cotejos de resultado cambiante, cuando quien ganaba fácil y se descontaba victorioso termina superado también con holgura. Javi, Pipa, Pato, Julián y Martín sumaron tres puntos al derrotar a Juani, Pata, Tete, Juanma y Matu, que hizo su aparición por los porotos regalándole tres soberanos y violatorios caños a Pato, que luego casi le arranca un pie de un patadón.
Con jugadores de ataque y buen pie (a excepción del entubado crónico), pero con poca marca, los ganadores fueron casi todo el partido abajo. La inteligencia y el orden del equipo comandado por los hermanos Ostolaza castigó la ingenuidad en retroceso de sus adversarios y por eso dominaron el trámite del choque casi íntegramente y liderando el marcador. Cuando poco le queda al match llegaron a tener una ventaja de cuatro goles que parecía indescontable. Pero la situación se revirtió. No sola o por azar, sino por una cuestión de diferencia de estado físico. La remontada que se transformó en triunfo por cuatro goles tuvo como elemento decisivo a Martín, que llevó el equipo adelante y convirtió varios goles tan lindos como importantes.
Todavía falta para el último martes de junio, cuando se disputará la última fecha. Será invierno y el comentario obligado pasará por la contracción máxima del escroto y no su expansión gelatinosa por la ardiente ciudad estival. Falta, pero los primeros resultados marcan tendencia, tendencia que algunos buscarán mantener otros revertir.
Baldosa de oro: Martín
Baldosa de mimbre: Pato (se lleva un canasto por adjudicársela tres veces al hilo)
Baldosa asfaltada: Tete
Baldosa redonda: Martín, por su gol con pisada y doble enganche en el área.
Johnnie Walker
El partido de ayer albergó las emociones que siempre se presentan en los cotejos de resultado cambiante, cuando quien ganaba fácil y se descontaba victorioso termina superado también con holgura. Javi, Pipa, Pato, Julián y Martín sumaron tres puntos al derrotar a Juani, Pata, Tete, Juanma y Matu, que hizo su aparición por los porotos regalándole tres soberanos y violatorios caños a Pato, que luego casi le arranca un pie de un patadón.
Con jugadores de ataque y buen pie (a excepción del entubado crónico), pero con poca marca, los ganadores fueron casi todo el partido abajo. La inteligencia y el orden del equipo comandado por los hermanos Ostolaza castigó la ingenuidad en retroceso de sus adversarios y por eso dominaron el trámite del choque casi íntegramente y liderando el marcador. Cuando poco le queda al match llegaron a tener una ventaja de cuatro goles que parecía indescontable. Pero la situación se revirtió. No sola o por azar, sino por una cuestión de diferencia de estado físico. La remontada que se transformó en triunfo por cuatro goles tuvo como elemento decisivo a Martín, que llevó el equipo adelante y convirtió varios goles tan lindos como importantes.
Todavía falta para el último martes de junio, cuando se disputará la última fecha. Será invierno y el comentario obligado pasará por la contracción máxima del escroto y no su expansión gelatinosa por la ardiente ciudad estival. Falta, pero los primeros resultados marcan tendencia, tendencia que algunos buscarán mantener otros revertir.
Baldosa de oro: Martín
Baldosa de mimbre: Pato (se lleva un canasto por adjudicársela tres veces al hilo)
Baldosa asfaltada: Tete
Baldosa redonda: Martín, por su gol con pisada y doble enganche en el área.
Johnnie Walker