Es un invierno duro, atípico. Hace recordar aquellos lejanos años de escarcha en el Euskal. Este año el frío vino a acuchillar nuevamente y los estiletazos polares, como era de esperar, no fueron ajenos al Lomas Social y las feroces justadas deportivas que se llevan a cabo cada martes a las 20:00 (sí, a las 20:00, de aquí en más se exige la puntualidad de los players).
Pero la gélida ventisca no ataca por igual, siempre hay esternones más propios a congelarse que otros. Esta vez, los pechitos más desabrigados fueron los de Migue, Pato, Javi, Pata y Juli. En cambio, los que se templaron ante la adversidad fueron Tete, Juani, Txetxo, Mariano y Juanma, que al cabo de dos fechas quedó como único puntero.
Los que se apirgüinaron comenzaron en ventaja, con un claro dominio de las acciones que los puso en ventaja prontamente. En el primer tramo largo del partido la diferencia para los posteriormente freezados fue de solamente dos goles, producto de la mala definición. Pero los goles que no habían llegado aparecieron más tarde para estirar la diferencia a cinco tanto. Parecía indescontable. Parecía. Hasta que empezaron a perder la pelota en ataque y no retroceder, a dejar de marcar y a salir mal para regalarle la pelota a los rivales. Este blog se ha caracterizado por su acidez y por su señalamiento sin filtro a los players; sin embargo últimamente estuvo muy light, así que con la siguiente acusación pone un poco de pimienta: Juli y Pata fueron los principales responsables de la caída de los suyos.
En un santiamén los que se quedaron con los tres puntos se pusieron arriba en el marcador y la diarrea mental de los adversarios no encontró pastilla de carbón que parase la repentina cagadera. Fue victoria, finalmente, por dos tantos de rediferencia, con el último gol ya con Toti al costado de la cancha, que paró el encuentro con una puntualidad inusitada.
La nota distintiva de la jornada fue el fuerte cruce filial entre los hermanos Ostolaza, que se mostraron fáciles de subir la montaza. Un encontronazo entre el mayor (fouleador) y el menor (fouleado) de la dinastía dio la chispa. A la pirotecnia verbal inmediata se sumó el del medio en defensa de su hermanito, no porque entendiese que tuviera razón, sino simplemente porque era de su equipo. Los insultos que fueron y vinieron refirieron incluso al la madre (que fue quien le enseñó a leer y escribir a mi álter ego!!!) que los trajo al mundo. Tranquilidad muchachotes. Calmada la verborragia, la disputa siguió con pierna fuerte, a lo que Juani, vale señalarlo, se la bancó muzzarela y, de paso, se sumó sus tres primeros porotos.
Johnnie Walker
Baldosa de oro: Juanma
Baldosa de mimbre: Pata
Baldosa asfaltada: Tete
Baldosa de redonda: Migue por su gol (el segundo del partido) al ángulo siendo portero.