Finalmente, se dio la vuelta de alguien que le aporta tal vez no mucho fútbol, pero sí color y pimienta a los choques de los martes. Por supuesto que el regreso tan esperado no es otro que el de Txetxo, quien tras una prolongada ausencia volvió a las baldosas del Lomas Social. Los que estaban preocupados por los kilos que había perdido el otrora centro de Pucará estén tranquilos que ya los encontró. Para que el retorno sea pleno, lo hizo con una victoria. Ganó en el equipo que compartió con Seba, Juani, Pata y el Galgo al quinteto integrado por Javi, Tuca, Emi dL, Migue y Tito. Es decir, chocaron otra vez los viejos contra la sangre joven, más el contrapeso del oriundo de Burzaco, que al llegar se plantó: “Yo juego con los pendejos”.
La victoria se cimentó en el inicio seguro de cada jugada desde el fondo por intermedio del padre de Iker (que con los tres puntos quedó solo en la cima de la tabla de posiciones), el orden de Seba desde la mitad, el despliegue y la presencia ofensiva de Pata, el largo recorrido del Galgo y el importantísimo empuje de ímpetu de Txetxo, un fabuloso inflador anímico.
Por el lado de los perdedores merece destaque el amor propio de Tito, quien con los objetivos claros procuró establecer una marca pegajosa. También es necesario señalar que su vehemencia implicó golpes y otras artimañas, que incluyeron un golpe en los genitales de Juani y un atentando contra las cotillas de Txetxo al expulsarlo contra los bancos laterales.
Javi, desde su manejo, también tuvo una actuación destacable en el contexto de un equipo perdedor. El aporte de talento esperable de Migue, Tuca y Emi dL nunca se hizo presente y eso condicionó en buena medida la suerte del elenco derrotado.
“Los viejos, pioneros en esto de jugar al fútbol reducido dentro de este grupo de amigos, cada día se encuentran mejor con el trato de pelota. De este modo, es difícil que los rivales logren una ventaja futbolística sobre ellos, a no ser que sean superados en el aspecto físico, algo que en los últimos encuentros no ha sucedido”, aseveró Aguardiente en su reflexivo análisis.
Por su parte, Gino Tonico se refirió a un “partido trabado, de no mucho rodaje, en el cual los viejos apelaron al catenaccio, táctica con la cual se sienten muy cómodos y que molesta claramente a los más jóvenes”. Y fue más allá al referirse puntualmente a uno de los derrotados: “Evidentemente, Tito estaba por demás alterado. Su deseo de jugar para los purretes demostró antes del partido su desenfrenado afán de victoria; entonces, al ir en desventaja todo el encuentro implementó pierna y brazos asesinos antideportivamente, sin tener en cuenta la integridad física de los rivales, que al otro día debían seguir adelante con su vida cotidiana y sus obligaciones laborales".
Por último, nuevamente Cabernet Sauvignon analizó con su agudo ojo y su narración arrabalera a cada uno de los players:
Galgo: buen desempeño. Gran despliegue físico, aunque por momentos resultó un tanto displicente en su transitar por el field. Autor de un gol polémico.
Juani: tuvo un desempeño parejo, hizo del sector defensivo su "hábitat". Sólo pasó al ataque en contadas ocasiones y lo hizo de modo frontal y potente, sin intentar cabriolas ni fintas que su desaparecida cintura otrora le permitían.
Juani: tuvo un desempeño parejo, hizo del sector defensivo su "hábitat". Sólo pasó al ataque en contadas ocasiones y lo hizo de modo frontal y potente, sin intentar cabriolas ni fintas que su desaparecida cintura otrora le permitían.
Seba: criteriosa distribución, de a ratos con elegancia. Por momentos se erigió en el colegiado del partido haciendo uso y abuso de parcialidad en los fallos.
Pata: El novel judicial parece haber acusado recibo de la dura crítica atizada por J.W. la pasada semana. Limitó su juego a lo que sabe: algo de marca y desprenderse rápido del esférico, lo que no es poco para alguien devenido de las mas profundas mazmorras de las virtudes futbolísticas.
Txetxo: Fue el mejor el ejemplo de porqué ganaron los decanos. El ex rugbier es un catálogo de limitaciones futbolísticas en todas sus variedades; su pierna derecha parece de yeso y resulta ser la más hábil de las dos. Pero a pesar de ello aportó su granito de arena para la victoria a partir de los tempraneros reproches de sus compañeros, ya que lo avocaron a correr y asumir un perfil labriego del juego.
Tito: Volutad y mucha pierna fuerte. Parlanchín. En ataque nulo.
Javi: Ni por asomo el de la semana pasada. Estuvo errático y desentendido de la marca.
Migue: Su rendimiento físico es una clara prueba de lo nocivo del tabaco. Tuvo menos recorrido que el tren de Puerto Madero. Poca marca, pero algunos destellos que nos permiten tener esperanza en su pronta recuperación. Hay gestos técnicos que nos hacen creer que no todo está perdido.
Emi: Se encuentra en una etapa de adaptación. Debe acostumbrarse a cancha y compañeros que hasta hace poco le eran desconocidos. Hay que esperar; se le ven condiciones y esperamos que aparezcan rápidamente, sino comenzará a ser sujeto pasivo de todo tipo de gruesos epítetos y máculas a su buen nombre y honor.
Tuca: Pólvora mojada, discreción y marca. Podría haber sido peor; cuenta con crédito que grandes actuaciones le supieron dar.
Pata: El novel judicial parece haber acusado recibo de la dura crítica atizada por J.W. la pasada semana. Limitó su juego a lo que sabe: algo de marca y desprenderse rápido del esférico, lo que no es poco para alguien devenido de las mas profundas mazmorras de las virtudes futbolísticas.
Txetxo: Fue el mejor el ejemplo de porqué ganaron los decanos. El ex rugbier es un catálogo de limitaciones futbolísticas en todas sus variedades; su pierna derecha parece de yeso y resulta ser la más hábil de las dos. Pero a pesar de ello aportó su granito de arena para la victoria a partir de los tempraneros reproches de sus compañeros, ya que lo avocaron a correr y asumir un perfil labriego del juego.
Tito: Volutad y mucha pierna fuerte. Parlanchín. En ataque nulo.
Javi: Ni por asomo el de la semana pasada. Estuvo errático y desentendido de la marca.
Migue: Su rendimiento físico es una clara prueba de lo nocivo del tabaco. Tuvo menos recorrido que el tren de Puerto Madero. Poca marca, pero algunos destellos que nos permiten tener esperanza en su pronta recuperación. Hay gestos técnicos que nos hacen creer que no todo está perdido.
Emi: Se encuentra en una etapa de adaptación. Debe acostumbrarse a cancha y compañeros que hasta hace poco le eran desconocidos. Hay que esperar; se le ven condiciones y esperamos que aparezcan rápidamente, sino comenzará a ser sujeto pasivo de todo tipo de gruesos epítetos y máculas a su buen nombre y honor.
Tuca: Pólvora mojada, discreción y marca. Podría haber sido peor; cuenta con crédito que grandes actuaciones le supieron dar.
Johnnie Walker
1 comentario:
Perdón! Pero la foto es una de Emilio Padre con la cara de Txetxo, no?
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