jueves, 10 de junio de 2010

Los Ostolaza al poder

Luego de dos semanas sin competencia oficial, en una ocasión por el feriado del Bicentenario y, en otra, por la imposibilidad de juntar diez jugadores, regresaron las batallas futbolísticas que se desarrollan en el microestado de la calle Las Heras.

Y el regreso fue pleno para los hermanos Ostolaza, que integraron el mismo equipo, completado por Tete y Tuca. Salieron victoriosos por un par de tantos y eso fue una buena noticia en primer término para Pata, porque le permitió quedar a tiro de la punta; para Juani, porque le alcanza para desenterrarse un poco del fondo de la tabla, y también para que lo deja en la mitad de la tabla y con un buen promedio.

El más destacado de los ganadores fue, una vez más, Pata. De gran despliegue en defensa y en ataque, el Lehendakari impone presencia y condiciones con su físico de grandes proporciones, el cual sabe hacerlo valer. Migue arrancó a media máquina, con algunas distracciones, pero terminó haciendo valer su pulcro manejo del balón. Juani no jugó tan atrasado como es habitual en él, sino que se paró más cerca del campo de juego; sin gran movilidad pero con mucha viveza impuso condiciones. Tete aportó el sacrificio de siempre, mucho ida y vuelta, arrojo y valentía. Por último, Tuca prestó su clase siempre elegante y utilizó con buen criterio su temible disparo exterior. Como equipo funcionaron bien, compactos y colectivamente.

La oposición al quinteto ganador fueron Peluca, Juanma Txetxo, Pato y Pipa. Su juego se caracterizó por un falta de inteligencia muy marcada. Juanma se olvidó su pelota personal y decidió hacer suya la que estaban usando los demás. El pase no estuvo en su repertorio. Claro que por habilidad y potencia en más de una ocasión logró hacer verdaderas patriadas apilando rivales y terminando la jugada en gol. Pero jugando en soledad siempre van a se más las que se terminen mal que las que finalicen dentro del arco rival. En menor grado, Pipa padeció el mismo síndrome. Peluca tuvo una noche en la fallo demasiado de cara al arco, su carta fuerte y característica. Pato fue voluntad y generosidad, pero con bajos aportes y macanas recurrentes; nadie puede jugar sólo con buenas intensiones. Txetxo también tuvo una actuación opaca, con reclamos a sus compañeros; en el tramo final se disfrazó de Tota Fabbri y terminó de centrodelantero.

Johnnie Walker

Baldosa de oro: Pata
Baldosa de mimbre: Juanma
Baldosa asfaltada: Tete
Baldosa redonda: Peluca, por su gol de taco tras gran triangulación

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