miércoles, 28 de octubre de 2009

Tuca y su ballet

De la mano Tuca, figura excluyente del encuentro de ayer bajo el tinglado del reducto de Las Heras, y con un aporte también muy valorable de Pata (ya está en zona de podio), el quinteto que además integraron Peluca, Txetxo y Leo se quedó con una victoria inapelable y cómoda. Anotaron el primer gol del partido, poco después se lo empataron y a continuación vulneraron otra vez la valla rival. Esa ventaja, establecida en el tercer gol del partido, nunca desapareció y se incrementó para que manejasen el trámite del encuentro con absoluta tranquilidad y terminasen ganando por siete de diferencia.

El otro equipo estaba integrado por dos jugadores dúctiles, como Migue y Jito, dos obreros metalúrgicos, Tete y Pato, y un equilibrista, Juani. Los creadores no lograron buena comunicación entre sí, los labreros de la siderurgia tuvieron gravísimos problemas con la pelota y el administrador se precipitó. Así, las desatenciones en la marca y la falla en la definición hicieron que prontamente se encontran ante un panorama adverso tanto en el juego y como en el resultado. Nunca el status quo imperante estuvo en riesgo de quebrarse por lo que pudieron hacer. Tuvieron un padecimiento de 60 minutos, con muchas espinas y ninguna roza.

El tanto definitorio, el que estableció la insultante distancia final de siete tantos, fue una tremenda apilada del “man of de match”, que dejó a varios en el camino, arquero incluido, para meterse dentro del arco con pelota y todo. No hizo falta que llegue el pelado; cabeza gacha, los derrotados dejaron el campo de juego seguidos por los dueños de los tres puntos. Los diez players entendieron perfectamente que todo estaba definido.

El líder se fue ofuscado por el golpe de una derrota oprobiosa, pero de todos modos sigue refrigerando el champagne en su nevera para el festejo del título a fin de año.

Johnnie Walker


Cabernet apuntó:

Tuca: gran partido del bebedor de té. Lo favoreció la falta de sangre de los rivales. Fintas y potentes remates para destacarse sobre el resto.
Patón: tras varias actuaciones humorísticas, el novel judicial esta vez tuvo una buena performance digna de loas, con buen recorrido y presencia. Satisfactorio.
Peluca: Movedizo, aunque perdió más de las que ganó. Perdió confianza con el gol, con quien se mira de reojo.
Leo: vuelta sin ningún cambio. Indeseable. Eso sí, destacada labor en la portería en le tramo final.
Txetxo: mal como árbitro y peor como jugador, aunque metió algunas cabalgatas profundas por el lateral.

Migue: el telefónico de la calle Gibson reptó la cancha y llevó una mira calibrada por un octogenario con Parkinson. Olvidable actuación.
Pato: Si el fútbol se jugase sin pelota tal vez tendría más posibilidades de no hacer papelones. Sus disparos al arco son insultos subidos de tono. Mal partido.
Jito: su prontitud a peder la soltería lo tiene mentalmente disminuido y eso se notó en su juego. No es para menos, pronto gastará el doble y se divertirá la mitad.
Tete: los resortes colocados en sus botines por algún gnomo maldito perjudicaron su rendimiento. Además, le siguen comiendo piernas en la semana.
Juani: es increíble que ese sujeto punteé tan cómodamente. Ayer perdió pelotas sin parar y tuvo menos marca que una fibra. Deplorable.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Ganó Pata!!!

Al hombre lo azuzaron y reaccionó. Irónicas cadenas de mails se burlaban de su racha adversa, de los triunfos esquivos, del bimestre largo sin victorias, de la reedición de aquella serie de encuentros sin halagos cuando se inició el torneo puntuable y sostenía la tabla desde abajo. Pero el bien nutrido hombre de leyes aguardó paciente que la suerte, hasta entonces esquiva, cambiase. Merecía su premio y lo tuvo.

Pata integró el equipo en el cual se destacó su hermano menor como la figura del partido, el cual lo completaron Guindi y Matu Formisano, ambos con un buen aporte de marca y pressing, y Txetxo, con su clave inflador anímico. Formaron un conjunto sólido, de estructura colectiva, apegado a la marca y la presión para apurar a un equipo que se abatataba ante la avalancha adversaria.

El elenco derrotado, compuesto por Lapa, Tete, Turco, Galgo y Emi comenzó en ventaja de tres goles y tuvo una mayor tenencia de pelota durante todo el partido. Pero estuvo muy tiernito. Nunca lograron un funcionamiento que justificase aspiraciones de triunfo.

El final del encuentro implicó una polémica, ya que al apagarse algunos de los focos que iluminan el campo de juego del reducto de Las Heras hubo quienes entendieron que era la marca para dar por finalizadas las acciones, pero encontraron el reproche que apuntaba que el partido finalizaba solamente cuando el pelado se acercase y lo dijera taxativamente. Esa instancia no modificó nada: cuando menguó la luz ganaba el equipo que finalmente rubricó los tres puntos pocos minutos más tarde.

Finalmente, al acercarse los playes a los bancos laterales, uno de los ganadores dijo con sorna y entre dientes: “Hice ganar a Pata y Matu”. Vanidoso, seguro al mirarse al espejo se verá alto flaco, rubio, de ojos celestes y musculoso.

Mientras el partido se disputaba, el puntero y quién será campeón seguramente sobrándole algunas fechas, se encontraba en cercanas tierras orientales, Río de la Plata de por medio. Entre obligaciones laborales y suculentas cenas bien regadas habrá dormido profundamente, al presentir la tranquilidad de saberse inalcanzable.

Johnnie Walker

Ante el fuerte pedido de sus regreso, Cabernet retoma su columna, y recargado:

Migue: el telefónico de la calle Gibson transitó la cancha riquelmeanamente, pero estuvo fino con la pelota y eso le permitió destacarse. Aprobado.
Guindilla: Descordinator dio una nueva muestra de amor propio y hasta tuvo gol. Un ejemplo de auto-convencimiento y de cómo se puede hacer un yate con palitos de helado.
Txetxo: sería bueno saber qué le hizo el fútbol a él para que se descargue haciéndole lo que le hace. No mereció la victoria, nunca la merece.
Patón: el novel judicial hizo poco por lograr el triunfo que anhelaba. Fuerte en la marca y duro con el balón realizó una rara alquimia de la cual salió una victoria.
Matu F: metedor el Negrito, como siempre. Esta vez su malicia habitual no estuvo en todo su despliegue, hizo un rescatable aporte en un equipo dispuesto a refugiarse atrás y dañar de contra. Con la pelota anduvo un poco a los cachetazos.

Lapa: jugó a los pelotazos al papi. Liviano y sin compromiso.
Tete: algo de vergüenza, muy poco de fútbol.
Turco: esbozos de su antigua habilidad, ratificó que sólo tiene tanque para los primeros 25 minutos.
Emi: embarulladísimo; sería bueno que junto con su pilcha lleve otra pelota para cuando tiene este tipo de partidos.
Galgo: de lo mejorcito de un equipo light y descafeinado. Pero sus jugadas picantes se contaron con los dedos de una mano y por eso no pudo evitar la derrota de los suyos.

Nota: agradecemos a Bordolino y Toctoc por sus informaciones.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El invierno no pasó en el Social

El querido reducto de la calle Las Heras continúa mostrando, cada tanto, fenómenos climáticos imprevisibles y de difícil explicación, ya que más parecen estar ligados a cuestiones metafísicas que a procesos atmosféricos. Sea como fuere, lo concreto es que el frío atacó repentinamente a un equipo y pese a recuperar la temperatura templada sobre el final, aquella estocada de hielo polar fue letal. Porque siempre que se va ganando por cinco goles y el resultado final es derrota la explicación radica en los gélidos esternones.

Quienes padecieron la tormenta de nieve fueron Pata, Javi, Emi, Pato y Matu Formisano. Durante la primera mitad del partido fueron un contento de fútbol, con juego asociado, marca y goles preciosistas. Llegaron a establecer una diferencia de cinco goles y su valla continuaba invicta cuando promediaba el partido. Pero bajaron la intensidad, se relajaron y facilitaron la remontada del quinteto de Peluca, Galgo, Juani, Lapa y Tete. Con inteligencia, paciencia, fútbol y entrega dieron vuelta el marcador y se adueñaron del trámite del cotejo. Pese al esfuerzo póstumo de los derrotados, que llegaron a la igualdad parcial tras un insólito gol en contra de Lapa casi desde mitad de cancha, con un par de contras los tres puntos quedaron para cada uno de los integrantes del team que se sobrepuso a un pésimo arranque que presagiaba papelón.

Fue un partido raro, ya que cambió de manos el marcador y el trámite. Los dos equipos fueron por momentos dominadores, por otros bailados y ambos sufrieron el embate adversario con temor; aunque uno pudo aguantarlo y el otro no, esa fue una de las diferencias.

La figura del partido fue el Galgo. Sembró y cosechó el campero con multiplicidad de recursos; colaborador en la marca, firme en el medio y veloz para ponerse en posición de gol. Regaló la perla del encuentro sobre el final cuando con una pelota picando frente al arco ante la salida del arquero metió un sombrero y definió de cabeza. Magistral.

Peluca tuvo, en el mejor momento de su equipo, buen manejo de pelota, cuidándola y ayudando al equipo a pararse en campo adversario. Tete aportó su característico esfuerzo de perfil bajo y tuvo una muy destacable actuación en defensa sobre el final para proteger la ventaja de los suyos. Lapa y Juani procuraron manejar la globa con toques cortos (el hincha del Rojo buscó con varios bochazos largos, con escasa suerte) desde su propio arco para marcar el nacimiento de cada jugada. Está claro que el padre de Iker será el campeón del año, ya está sentenciado.

Por el lado de los perdedores, Pata recobró su potente disparo y se anotó con lindos goles; Emi abusó del manejo, preocupándose más por la gambeta que le permite su habilidad que por vulnerar la meta ajena; Javi tuvo imprecisiones raras en él y olvidó sus cañonazos; Pato fuera de su argumento marcó varios goles, colaboró en la marca, pero no aguantó el ritmo del partido, en tanto Matu fue lo más destacado de su equipo, por entrega, contagio y empuje; él no mereció la derrota.

Johnnie Walker

Nota: dado el descontento que causó en algunos jugadores –siempre los verdaderos protagonistas- Cabernet Sauvignon ha sido congelado al menos de momento. Dado el resultado de la encuesta se determinará el regreso de sus ácidos análisis del desempeño de cada jugador o su alejamiento definitivo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El partido de Ostolaza Jr.

Desde un despliegue conmovedor, verticalidad cuidado de la pelota y una versión goleadora que tuvo su máxima exteriorización en el último gol que anotó y gritó a voz de cuello, Migue fue el artífice excluyente de la victoria de su equipo. Su carta de presentación, en aviso de lo que se vendría, fue un caño en pisada al mayor de sus hermanos que generó un suspiró general. Lapa fue quien lo acompañó en la creación, a veces bortoleos innecesarios. Martichas (tres jugados, tres ganados) y Tete aportaron marca y rigor desde el fondo, mientras que Tito operó de arquero todo el partido y lo hizo en gran forma; jamás salió del área, pero con las manos tuvo varias atajadas destacables.

Del otro lado, Juani, tuvo el partido más flojo que se le reacuerde ya que, muy raro en él, perdió varias pelotas en salida. Pata intentó ser el empuje del equipo para acercarlo al arco rival pero nunca encontró socios en esa tarea y quedó perdido. Peluca aportó movilidad y procuró ser la cuota de gol, pero muchas veces embrollado termino desdibujándose. Matu Pitré tuvo un partido más que olvidable con impresiones y apatías. Pato, mudo y torpe, fue el peor de los suyos; visiblemente fuera del partido desde el comienzo del mismo fue un obstáculo para su equipo y un pase libre para los adversarios.

La ventaja de los ganadores se estableció desde el primer minuto y llegó a ser de 6 goles. Un repunte del otro team le permitió estar a sólo 2 tantos a poco del final, pero el partido terminó volcándose a favor de quienes mejor habían hecho las cosas: Ostolaza Jr. y su elenco.

Johnnie Walker


Cabernet dice desde su particular visión:

Tito: He de hacer un acápite especial para comentar el desempeño del hostil y rústico zaguero de Burzaco. Después de una prolongada ausencia se produjo su vuelta y su versión como portero fue valiosa. Aprobado.
Migue: Buena performance del telefónico de la calle Gibson. Se mostró en una de sus mejores versiones, tocando, jugando y poniendo cuando era menester.
Tete: Otro que regresaba y lo hizo dignamente. A su clásico sacrificio le agregó cierta cuota de gol, en otros momentos de hizo humo (nadie mejor que él para ello).
Lapa: El financista de origen hebreo tomó el partido como una cuestión personal. Por momentos fue un buen socio para el telefónico, en otros abusó de cierto desparpajo poniendo en riesgo su arco y las coronarias de Tito.
Martinchas: Lo suyo es la marca y en ello cumplió, al menos durante la primera media hora. Luego su despliegue mermó dejando a las claras las razones por las tiene menos cintura de Zulma Lobato.

Juani: Es evidente que si no se arma el equipo no puede ganar. Le faltó juego, despliegue, garra, lucidez, toque, entrega, humildad, velocidad, manejo. Le sobró lengua y grasa. Se impone su retiro.
Patón: Elegir entre el novel judicial y su adiposo hermano es como que a uno le den a optar si casarse con Silvia Süller o Esther Goris. Lo suyo fue paupérrimo.
Peluca: Dio lastima; perdió las pocas cosas buenas que otrora supo exhibir. Hizo gala de un físico poco visto: posee la misma anchura en sus hombros que en su cintura. Futbolísticamente nulo. Poco gol, poco toque, poca sangre.
Pitré: Este cronista se anima a afirmar que si el lungo se corta un dedo podrá su cuerpo emanar cualquier tipo de fluido menos sangre. La vida me dio la suerte de tener un gran amigo de origen islandés. En alguna oportunidad supe reprocharle su frialdad. Ahora bien, mi gran amigo Cartón ("el Islandés") al lado de Pitré parecía nacido en Río de Janeiro. Definitivamente lo suyo no es el fútbol, quizás el ajedrez.
Pato: Pareció contagiarse de Pitré. Poluló por la cancha sin compromiso. Sus disparos al arco fueron una continua amenaza para las palomas. Olvidable.