miércoles, 21 de octubre de 2009

Ganó Pata!!!

Al hombre lo azuzaron y reaccionó. Irónicas cadenas de mails se burlaban de su racha adversa, de los triunfos esquivos, del bimestre largo sin victorias, de la reedición de aquella serie de encuentros sin halagos cuando se inició el torneo puntuable y sostenía la tabla desde abajo. Pero el bien nutrido hombre de leyes aguardó paciente que la suerte, hasta entonces esquiva, cambiase. Merecía su premio y lo tuvo.

Pata integró el equipo en el cual se destacó su hermano menor como la figura del partido, el cual lo completaron Guindi y Matu Formisano, ambos con un buen aporte de marca y pressing, y Txetxo, con su clave inflador anímico. Formaron un conjunto sólido, de estructura colectiva, apegado a la marca y la presión para apurar a un equipo que se abatataba ante la avalancha adversaria.

El elenco derrotado, compuesto por Lapa, Tete, Turco, Galgo y Emi comenzó en ventaja de tres goles y tuvo una mayor tenencia de pelota durante todo el partido. Pero estuvo muy tiernito. Nunca lograron un funcionamiento que justificase aspiraciones de triunfo.

El final del encuentro implicó una polémica, ya que al apagarse algunos de los focos que iluminan el campo de juego del reducto de Las Heras hubo quienes entendieron que era la marca para dar por finalizadas las acciones, pero encontraron el reproche que apuntaba que el partido finalizaba solamente cuando el pelado se acercase y lo dijera taxativamente. Esa instancia no modificó nada: cuando menguó la luz ganaba el equipo que finalmente rubricó los tres puntos pocos minutos más tarde.

Finalmente, al acercarse los playes a los bancos laterales, uno de los ganadores dijo con sorna y entre dientes: “Hice ganar a Pata y Matu”. Vanidoso, seguro al mirarse al espejo se verá alto flaco, rubio, de ojos celestes y musculoso.

Mientras el partido se disputaba, el puntero y quién será campeón seguramente sobrándole algunas fechas, se encontraba en cercanas tierras orientales, Río de la Plata de por medio. Entre obligaciones laborales y suculentas cenas bien regadas habrá dormido profundamente, al presentir la tranquilidad de saberse inalcanzable.

Johnnie Walker

Ante el fuerte pedido de sus regreso, Cabernet retoma su columna, y recargado:

Migue: el telefónico de la calle Gibson transitó la cancha riquelmeanamente, pero estuvo fino con la pelota y eso le permitió destacarse. Aprobado.
Guindilla: Descordinator dio una nueva muestra de amor propio y hasta tuvo gol. Un ejemplo de auto-convencimiento y de cómo se puede hacer un yate con palitos de helado.
Txetxo: sería bueno saber qué le hizo el fútbol a él para que se descargue haciéndole lo que le hace. No mereció la victoria, nunca la merece.
Patón: el novel judicial hizo poco por lograr el triunfo que anhelaba. Fuerte en la marca y duro con el balón realizó una rara alquimia de la cual salió una victoria.
Matu F: metedor el Negrito, como siempre. Esta vez su malicia habitual no estuvo en todo su despliegue, hizo un rescatable aporte en un equipo dispuesto a refugiarse atrás y dañar de contra. Con la pelota anduvo un poco a los cachetazos.

Lapa: jugó a los pelotazos al papi. Liviano y sin compromiso.
Tete: algo de vergüenza, muy poco de fútbol.
Turco: esbozos de su antigua habilidad, ratificó que sólo tiene tanque para los primeros 25 minutos.
Emi: embarulladísimo; sería bueno que junto con su pilcha lleve otra pelota para cuando tiene este tipo de partidos.
Galgo: de lo mejorcito de un equipo light y descafeinado. Pero sus jugadas picantes se contaron con los dedos de una mano y por eso no pudo evitar la derrota de los suyos.

Nota: agradecemos a Bordolino y Toctoc por sus informaciones.

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