Desde un despliegue conmovedor, verticalidad cuidado de la pelota y una versión goleadora que tuvo su máxima exteriorización en el último gol que anotó y gritó a voz de cuello, Migue fue el artífice excluyente de la victoria de su equipo. Su carta de presentación, en aviso de lo que se vendría, fue un caño en pisada al mayor de sus hermanos que generó un suspiró general. Lapa fue quien lo acompañó en la creación, a veces bortoleos innecesarios. Martichas (tres jugados, tres ganados) y Tete aportaron marca y rigor desde el fondo, mientras que Tito operó de arquero todo el partido y lo hizo en gran forma; jamás salió del área, pero con las manos tuvo varias atajadas destacables.
Del otro lado, Juani, tuvo el partido más flojo que se le reacuerde ya que, muy raro en él, perdió varias pelotas en salida. Pata intentó ser el empuje del equipo para acercarlo al arco rival pero nunca encontró socios en esa tarea y quedó perdido. Peluca aportó movilidad y procuró ser la cuota de gol, pero muchas veces embrollado termino desdibujándose. Matu Pitré tuvo un partido más que olvidable con impresiones y apatías. Pato, mudo y torpe, fue el peor de los suyos; visiblemente fuera del partido desde el comienzo del mismo fue un obstáculo para su equipo y un pase libre para los adversarios.
La ventaja de los ganadores se estableció desde el primer minuto y llegó a ser de 6 goles. Un repunte del otro team le permitió estar a sólo 2 tantos a poco del final, pero el partido terminó volcándose a favor de quienes mejor habían hecho las cosas: Ostolaza Jr. y su elenco.
Johnnie Walker
Cabernet dice desde su particular visión:
Tito: He de hacer un acápite especial para comentar el desempeño del hostil y rústico zaguero de Burzaco. Después de una prolongada ausencia se produjo su vuelta y su versión como portero fue valiosa. Aprobado.
Migue: Buena performance del telefónico de la calle Gibson. Se mostró en una de sus mejores versiones, tocando, jugando y poniendo cuando era menester.
Tete: Otro que regresaba y lo hizo dignamente. A su clásico sacrificio le agregó cierta cuota de gol, en otros momentos de hizo humo (nadie mejor que él para ello).
Lapa: El financista de origen hebreo tomó el partido como una cuestión personal. Por momentos fue un buen socio para el telefónico, en otros abusó de cierto desparpajo poniendo en riesgo su arco y las coronarias de Tito.
Martinchas: Lo suyo es la marca y en ello cumplió, al menos durante la primera media hora. Luego su despliegue mermó dejando a las claras las razones por las tiene menos cintura de Zulma Lobato.
Juani: Es evidente que si no se arma el equipo no puede ganar. Le faltó juego, despliegue, garra, lucidez, toque, entrega, humildad, velocidad, manejo. Le sobró lengua y grasa. Se impone su retiro.
Patón: Elegir entre el novel judicial y su adiposo hermano es como que a uno le den a optar si casarse con Silvia Süller o Esther Goris. Lo suyo fue paupérrimo.
Peluca: Dio lastima; perdió las pocas cosas buenas que otrora supo exhibir. Hizo gala de un físico poco visto: posee la misma anchura en sus hombros que en su cintura. Futbolísticamente nulo. Poco gol, poco toque, poca sangre.
Pitré: Este cronista se anima a afirmar que si el lungo se corta un dedo podrá su cuerpo emanar cualquier tipo de fluido menos sangre. La vida me dio la suerte de tener un gran amigo de origen islandés. En alguna oportunidad supe reprocharle su frialdad. Ahora bien, mi gran amigo Cartón ("el Islandés") al lado de Pitré parecía nacido en Río de Janeiro. Definitivamente lo suyo no es el fútbol, quizás el ajedrez.
Pato: Pareció contagiarse de Pitré. Poluló por la cancha sin compromiso. Sus disparos al arco fueron una continua amenaza para las palomas. Olvidable.
Del otro lado, Juani, tuvo el partido más flojo que se le reacuerde ya que, muy raro en él, perdió varias pelotas en salida. Pata intentó ser el empuje del equipo para acercarlo al arco rival pero nunca encontró socios en esa tarea y quedó perdido. Peluca aportó movilidad y procuró ser la cuota de gol, pero muchas veces embrollado termino desdibujándose. Matu Pitré tuvo un partido más que olvidable con impresiones y apatías. Pato, mudo y torpe, fue el peor de los suyos; visiblemente fuera del partido desde el comienzo del mismo fue un obstáculo para su equipo y un pase libre para los adversarios.
La ventaja de los ganadores se estableció desde el primer minuto y llegó a ser de 6 goles. Un repunte del otro team le permitió estar a sólo 2 tantos a poco del final, pero el partido terminó volcándose a favor de quienes mejor habían hecho las cosas: Ostolaza Jr. y su elenco.
Johnnie Walker
Cabernet dice desde su particular visión:
Tito: He de hacer un acápite especial para comentar el desempeño del hostil y rústico zaguero de Burzaco. Después de una prolongada ausencia se produjo su vuelta y su versión como portero fue valiosa. Aprobado.
Migue: Buena performance del telefónico de la calle Gibson. Se mostró en una de sus mejores versiones, tocando, jugando y poniendo cuando era menester.
Tete: Otro que regresaba y lo hizo dignamente. A su clásico sacrificio le agregó cierta cuota de gol, en otros momentos de hizo humo (nadie mejor que él para ello).
Lapa: El financista de origen hebreo tomó el partido como una cuestión personal. Por momentos fue un buen socio para el telefónico, en otros abusó de cierto desparpajo poniendo en riesgo su arco y las coronarias de Tito.
Martinchas: Lo suyo es la marca y en ello cumplió, al menos durante la primera media hora. Luego su despliegue mermó dejando a las claras las razones por las tiene menos cintura de Zulma Lobato.
Juani: Es evidente que si no se arma el equipo no puede ganar. Le faltó juego, despliegue, garra, lucidez, toque, entrega, humildad, velocidad, manejo. Le sobró lengua y grasa. Se impone su retiro.
Patón: Elegir entre el novel judicial y su adiposo hermano es como que a uno le den a optar si casarse con Silvia Süller o Esther Goris. Lo suyo fue paupérrimo.
Peluca: Dio lastima; perdió las pocas cosas buenas que otrora supo exhibir. Hizo gala de un físico poco visto: posee la misma anchura en sus hombros que en su cintura. Futbolísticamente nulo. Poco gol, poco toque, poca sangre.
Pitré: Este cronista se anima a afirmar que si el lungo se corta un dedo podrá su cuerpo emanar cualquier tipo de fluido menos sangre. La vida me dio la suerte de tener un gran amigo de origen islandés. En alguna oportunidad supe reprocharle su frialdad. Ahora bien, mi gran amigo Cartón ("el Islandés") al lado de Pitré parecía nacido en Río de Janeiro. Definitivamente lo suyo no es el fútbol, quizás el ajedrez.
Pato: Pareció contagiarse de Pitré. Poluló por la cancha sin compromiso. Sus disparos al arco fueron una continua amenaza para las palomas. Olvidable.
2 comentarios:
soy un grande
Cabernet mala leche
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