El partido se inició con trámite muy favorable para el equipo integrado por Pata, Emi, Tito, Ian y el retornado Tuca, ya recuperado del desgarro que había sufrido en el reducto de la calle Las Heras. Así las cosas, no tardaron en establecer claras diferencias futbolísticas que se tradujeron en una pronta ventaja de cuatro goles. Del otro lado, las preocupaciones se multiplicaban en el quinteto compuesto por Juani, Migue, Pato, Galgo y Guindi. Sin gran despliegue físico ni hombres con vocación de gol, el panorama no era alentador para un team que no lograba acercarse al arco de enfrente.Pero las acciones se fueron equiparando a partir del ánimo de lucha de quienes estaban en desventaja. El marcador se achicó y sólo pasaba por igualdades y mínimas diferencias. En tablas estaba el asunto cuando se acercó el pelado para establecer el final del encuentro, por lo que se jugó, como corresponde, a gol de oro. Y la diferencia se dio por mejor disposición táctica y la inteligencia del conjunto que tenía al mayor y el menor de los hermanos Ostolaza: con Juani en el arco (siempre gran cancerbero) los limitados Guindi y Pato se perjuraron marcar sin traspasar por nada del mundo la línea meridional del campo de juego, dejando la posibilidad del gol a Migue y el Galgo. Y así ocurrió. El telefónico encaró con pelota dominada, dejó el tendal y la cedió a un costado para que el ruralista empujase el cuero a la red.
Cabe mencionar que como no hay dos sin tres, el partido volvió a tener un Tito lesionado en el arco. Esta vez fue el Mariscal de Burzaco, que a los pocos minutos del encuentro sintió molestias en la misma zona que lo había puesto en inferioridad de condiciones hace dos semana. Para colmo de males, tuvo una trabada de señorita en la mitad de la cancha con Pato (quien lejos está de ser un hombre de pierna fuerte, sino más bien un tibio) que le provocó un severo golpe dorsal al caer al piso. El mismo pudo haber afectado también su mente, ya que en el arco cada vez que tomaba la pelota la tenía dos minutos en las manos, en la creencia que disputaba un partido de handball.
Como todo lo que va vuelve, Pato sufrió un golpe muy similar en la mitad de la cancha, en el cual aterrizó contra el piso cual chancho degollado. Hasta entonces el banfileño había tenido un partido por demás discreto, tratando de contener en la marca y ser prolijo en el manejo de la pelota. Pero se trataron más de intentos que de logros, en ambos casos. Tras el porrazo, su actuación fue por demás sombría.
La figura del partido, fue, por primera vez, Migue. El jerarquizado empleado telefónico tuvo un destacado partido por su buen manejo y su gran entrega; no escatimó pata, palabra, ni pedido de pelota para hacerse eje del equipo. Buen fútbol y actitud ganadora lo elevaron por sobre el resto. Sólo le faltó gol y fair play para acrecentar aún más su figura. Tuvo un error que podría haber costado caro cuando el partido estaba igualado y los rivales se pusieron entonces un gol arriba. Pero siguió en su tesitura y fue el protagonista fundamental de la última jugada, que, como fue mencionado, la finalizó el Galgo.
Iñaki arrancó cauteloso, después atravesó una etapa de impresiones pero terminó bien, en base a su inclaudicable entrega; en su mejor versión hizo un zurco por la derecha. El Galgo desperdició varias oportunidades de gol, pero en lo que fue error hubo virtud: el campero erró goles porque tuvo las posibilidades a partir de su virtud para estar bien ubicado y su despliegue físico para llegar a posiciones de peligro. Juani tuvo un partido sin destaque, pero fue vital en el momento clave, dado que cuando el tiempo apremiaba y su equipo estaba dos goles abajo, ya con las ropas de arquero clavó dos bombazos (el segundo con fortuna en un rebote) para establecer la igualdad que precedió al tanto final. Es cada vez más puntero.
No puede dejar de señalarse un hecho extrafutbolístico que aconteció antes del partido. La información indica que el Sr. Ormaechea dejó su marca indeleble en el Lomas Social, más precisamente en los vestuarios, con una de sus especialidades: el taponaje. Luego de cambiarse con su potencia única inutilizó uno de los sanitarios. Una bestia.
Por el lado de los perdedores, hay que decir que la potencia de Pata no hizo mella en los adversarios y tuvo errores de manejo; Ian mostró una versión superior a la del debut, aunque no fue suficiente; Emi estuvo livianito y no pudo establecer diferencias con su gambeta; Tito atajó e hizo tiempo todo el partido (también tuvo buenas tapadas), en tanto que Tuca sintió el parte de su lesión, algo que quedó patentado en su ausencia de chutazos.
Johnnie Walker
A continuación, las feroces apreciaciones de Cabernet Sauvignon. Más que nunca queda claro que entre quien escribe y su columnista estrella hay diferencias de criterios y, también, libertad de opinión.
Migue: Cada día que demore la decisión de retirarse para siempre del fútbol lo perjudica. Su nivel es de lo más bajo de la Familia Ostolaza, incluyendo a los Ostolaza Sueldo. Bochornoso, quejoso y pendenciero.
Juani: Una vez más fue salvado por sus compañeros y los errores del rival. Por una semana más la calabaza sigue convertida en carroza. Acertó en momentos clave con sus remates al arco, pero ello resulta insuficiente para quien se golpea el pecho por ser puntero.
Guindilla: El tata dios se ensañó con el cafetero. Podría ser protagonista de una película titulada "Descordinator". No se sabe si es derecho o zurdo. Nobleza obliga, su despliegue es emocionante, le sobre voluntad y garra.
Galgo: Correcto. Parece esos estudiantes dan sólo lo justo para aprobar. No deja ni un peso de propina, pero tampoco le hace falta. La marca de Ian puede convertir en estrella a cualquier ignoto delantero, mucho mas aún a alguien, como el Galgo que no es rengo. Bien.
Pato: Si no hubiera jugado en el mismo equipo de el telefónico Ostolaza sin duda hubiera sido el peor del equipo, paro nadie puede jugar peor que el de la calle Gibson. Por momentos se contagio de la garra de Guindi.
Tito: El retiro es una realidad que se le impone. Su físico dijo stop, más allá de la artera agresión del Pato.
Emi: Sin duda lo mejor del equipo, puso y trato de jugar. Le faltaron socios pero igualmente trató de arreglárselas. Algunas salidas con poco criterio pusieron en riesgo su valla. Bien.
Ian: perecería que se estuviera acordando de algunos pretéritos conocimientos futbolísticos. Sin duda la marca no es lo suyo. Merece un crédito de confianza. Regular.
Patón: El judicial dejó ver su paupérrimo estado físico, lo que sumado a su también paupérrimo caudal técnico hace una mezcla explosiva. De todas maneras comparado con el menor de sus hermanos pereció el Bichi Borghi. Mal.
Tuca: Regresó después de una dura lesión y se notó. No contó con confianza para explotar su principal arma, que no es otra que el disparo de larga distancia. No se le puede caer duro, al menos por ahora, Tiene crédito en su cuenta. Regular.
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