Puede ocurrir que salgan partidos en que las equivalencias no existan, ya sea por armar equipos sin equilibrio de fuerzas o porque un team no responda a las expectativas previas que genera dados los integrantes que lo conforman. Lo primero o lo segundo -tal vez una combinación de ambos- sucedió en el encuentro de ayer, en el cual Guindi, Seba, Migue, Guido y Matu Pitre zamarrearon a Tuca, Lapa, Galgo, Julián y Matu Formisano. La temprana puesta en ventaja por dos tantos de quienes serían ignominiosamente derrotados no llegó a ser nunca una amenaza para el equipo rival, que muy poco tardó el revertir la situación. En una ráfaga se puso 5 goles arriba y desde entonces se dedicaron a manejar el partido, con una solvencia y tranquilidad permitida en buena parte por la apatía adversaria.
A Migue se le abrió definitivamente el arco y esos goles, sumado a un buen rendimiento general de prolijo manejo de pelota lo colocaron en la máxima consideración, nuevamente. Matu Pitre (de regreso tras una prolongada ausencia), Seba y Guindi fueron, en ese orden, el triángulo que apuntaló el lucimiento del menor y único presente del trío Ostolaza. Completó el equipo ganador Guido, de meritorio despliegue físico pero mala lectura del trámite del partido. Su velocidad hizo daño, varias veces al quinteto de enfrente y otras a su propio juego.
Por el lado de los perdedores todo fue negro. Salvo la blancura del hielo en los pechitos. El único que buscó derretirlo fue Matu Formisano, pero jamás encontró eco en sus compañeros; deben rescatarse sus intentos, aunque hayan sido vanos. Tuca transitó la cancha insípido, nunca se metió en el partido y es una sombra de lo que supo ser. Lo de Lapa no tiene palabras ni remedio, es un caso perdido. Julián caminó un rato por la corniza del desastre para luego caer irremediablemente en el ridículo futbolístico.
Pese a no haber jugado, hubo buenas noticias para Juani, ya que mantiene los 12 puntos de diferencia con su inmediato perseguidor. No sólo eso: tiene a raya a los que reman desde más atrás, ya que no sumaron ninguno de los 6 que se ubican por debajo de su posición de líder.
Johnnie Walker
Cabernet dice:
Migue: esta vez hay que reconocer el aporte del telefónico de la calle Gibson. Fue el mejor, lo que seguramente marque el bajo vuelo del partido.
Guindi: Descordinator estuvo ordenado y aguerrido. Sabe que tiene que estar muy poco en contacto con la pelota y eso es una virtud. La descomunal inflamación que tiene entre el tórax y los testículos es un impedimento que le resta movilidad.
Seba: líder del orden del equipo. Poco tardó en darse cuenta las limitaciones del rival. Sé esforzó sólo lo necesario.
Guido: velocista empedernido, le cuesta entrar en el circuito propio del fútbol reducido. Desordenado y con anteojeras, el flan rival le permitió espasmos de lucimiento. Bien en la portería.
Matu Pitre: despliegue criterioso. Conservador: quiete y pase seguro. Aprobado.
Tuca: en franco declive. Riquelmeano (sin ninguna de las virtudes de JR) juego nulo de verticalidad.
Matu Formisano: siempre a contramano. Siempre dispuesto al golpe artero. La paleta los jueves tal vez sea lo suyo. Una buena: fue el único en su equipo con algo de vergüenza deportiva.
Lapa: pecho frío, pies cuadrados. Para el olvido.
Julián: hielo ártico en el esternón. Juego nulo. Desastroso.
Galgo: el menos malo en un equipo paupérrimo, pero lejos de un rendimiento bueno. Protagonista de jugadas ridículas.
Nota: Johnnie Walker y Cabernet Sauvignon agradecen la inestimable colaboración de Aguardiente y Bordolino para la elaboración de esta crónica.
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