De un lado, Javi, Tete, Galgo, Lapa y el Enano Baleani; del otro, Tuca, Migue, Guindi, Pato y el Turco. ¿Alguien podía prever que la diferencia final en el marcador hubiese sido de dos cifras si no fuera por el fraudulento conteo de los perdedores? Pero el fútbol es así, muchas veces imprevisible y fuera de la lógica. El quinteto desglosado en primer término fue le que se quedó con la cómoda victoria, a partir de no haber encontrado oposición y aprovechar la múltiples ventajas que le daba un pseudo-equipo rival, sin marca ni gol.
En el team que se impuso hubo un rendimiento sumamente parejo de cada uno de sus integrantes. Tal vez el mayor destaque lo tuvo el Galgo, siempre con mucho despliegue y esta vez con una cuota de goleo mayor a la habitual. Lapa pasó gran parte del partido en el arco, con buenas tapas y el pelotazo largo casi como exclusiva vía de salida; fuera del arco prosperó con habilidad. El Enano, ubicado como el jugador más adelantado de los suyos, perdió y ganó cuando intentó la individual, peor terminó siendo siempre un dolor de cabeza para los adversarios. Javi tuvo un manejo fino, sin arriesgar y preservando un trámite muy favorable. Tete hizo larga la cancha para colaborar en ataque y en defensa, con el mismo ímpetu en el inicio que cuando todo estaba absolutamente resuelto.
Por el lado de los perdedores, todos muy flojos, aunque ninguno tanto como el Turco: juega con la misma disciplina táctica que chicos de infantiles, aunque sin marcar y con menos entrega.
A miles de kilómetros de distancia y en cálidas tierras (trabaja en un laboratorio y está en Colombia, saquen sus conclusiones...), el puntero sólo sintió un pequeño cosquilleo al reducirse un tanto su comodísima ventaja que lo hará ser campeón antes de la última fecha, a disputarse el martes 29 de diciembre.
Johnnie Walker
Cabernet prepara, apunta y fusila:
Galgo: pese a varias jugadas ridículas, lo patético del nivel adversario le permitió destacarse. Aprobado.
Javi: el empedernido pitador también se benefició de la esterilidad rival y apenas al trotecito –su ritmo característico- puedo hacer su juego.
Lapa: no paró de tirar pelotazos desde el arco. ¡Qué mal que le hace eso al papi, por favor!. Mintió fouls y la pisó golosamente cuando salió del arco y sólo quedan las ruinas de un rival siempre indigno.
Tete: perro de presa, no encontró su lugar porque los del otro lado se marcan solos. Igual, buen despliegue.
Enano: como todo petiso estuvo morfón, aunque su repentización y fácil escurrimiento lo transformó en un karma para los cinco mareados.
Iñaki: Descordinator volvió a hacer de las suyas. Duro y áspero, casi todo el partido en primera, segunda y marcha atrás. Olvidable.
Migue: Impreciso, fastidioso y de juego estéril. Se fue caliente, algo valorable, ya que fue una prueba, hasta entonces dudosa, de que corre sangre por sus venas.
Turco: por lejos, el peor de todos en un equipo malísimo. Desconoce el ABC del papi y es terriblemente pecho frío.
Pato: lo salvó haber compartido equipo con el anteriormente mencionado para no ser lo más flojo de la cancha. Siempre tarde en la marca y con chistes de mal gusto frente al arco contrario.
Tuca: apático y nulo de compromiso con el equipo tiró el partido rápidamente. A tono con el resto.
En el team que se impuso hubo un rendimiento sumamente parejo de cada uno de sus integrantes. Tal vez el mayor destaque lo tuvo el Galgo, siempre con mucho despliegue y esta vez con una cuota de goleo mayor a la habitual. Lapa pasó gran parte del partido en el arco, con buenas tapas y el pelotazo largo casi como exclusiva vía de salida; fuera del arco prosperó con habilidad. El Enano, ubicado como el jugador más adelantado de los suyos, perdió y ganó cuando intentó la individual, peor terminó siendo siempre un dolor de cabeza para los adversarios. Javi tuvo un manejo fino, sin arriesgar y preservando un trámite muy favorable. Tete hizo larga la cancha para colaborar en ataque y en defensa, con el mismo ímpetu en el inicio que cuando todo estaba absolutamente resuelto.
Por el lado de los perdedores, todos muy flojos, aunque ninguno tanto como el Turco: juega con la misma disciplina táctica que chicos de infantiles, aunque sin marcar y con menos entrega.
A miles de kilómetros de distancia y en cálidas tierras (trabaja en un laboratorio y está en Colombia, saquen sus conclusiones...), el puntero sólo sintió un pequeño cosquilleo al reducirse un tanto su comodísima ventaja que lo hará ser campeón antes de la última fecha, a disputarse el martes 29 de diciembre.
Johnnie Walker
Cabernet prepara, apunta y fusila:
Galgo: pese a varias jugadas ridículas, lo patético del nivel adversario le permitió destacarse. Aprobado.
Javi: el empedernido pitador también se benefició de la esterilidad rival y apenas al trotecito –su ritmo característico- puedo hacer su juego.
Lapa: no paró de tirar pelotazos desde el arco. ¡Qué mal que le hace eso al papi, por favor!. Mintió fouls y la pisó golosamente cuando salió del arco y sólo quedan las ruinas de un rival siempre indigno.
Tete: perro de presa, no encontró su lugar porque los del otro lado se marcan solos. Igual, buen despliegue.
Enano: como todo petiso estuvo morfón, aunque su repentización y fácil escurrimiento lo transformó en un karma para los cinco mareados.
Iñaki: Descordinator volvió a hacer de las suyas. Duro y áspero, casi todo el partido en primera, segunda y marcha atrás. Olvidable.
Migue: Impreciso, fastidioso y de juego estéril. Se fue caliente, algo valorable, ya que fue una prueba, hasta entonces dudosa, de que corre sangre por sus venas.
Turco: por lejos, el peor de todos en un equipo malísimo. Desconoce el ABC del papi y es terriblemente pecho frío.
Pato: lo salvó haber compartido equipo con el anteriormente mencionado para no ser lo más flojo de la cancha. Siempre tarde en la marca y con chistes de mal gusto frente al arco contrario.
Tuca: apático y nulo de compromiso con el equipo tiró el partido rápidamente. A tono con el resto.
1 comentario:
JOHNNIE WALKER Y CABERNET SAUVIGNON: SIGANLA CHUPANDO
Publicar un comentario