En el inicio del Clausura 2010, el vigente campeón, que llegó con impecables timbos blancos a estrenar, arrancó su defensa con victoria. Quiso el destino (o más bien Juani, encargado de armar los equipos) que sea compañero de equipo de Martín, a quien le arrebató la corona cuando la Junta Revisora detectó una falla y consagró como campeón al lungo lehendakari en detrimento del incurable gambeteador. El quinteto lo completaron Migue, Juanma y Pata. El padre de Imanol tuvo una buena actuación, aunque causó insultos de grueso calibre de sus rivales por dos cortes arteros en la mitad de la cancha (una mano y un foul) cuando era arquero y la contra adversaria amenazaba terminar indefectiblemente en gol. Luis Suárez lo hizo en Sudáfrica 2010 y se conviertió en héroe oriental, así que parecerían no tener lugar los improperios para el defensor del título.
El equipo perdedor lo integraron Guindi, Tuca, Jito (nunca sumó tres puntos desde la inauguración de estos torneos, allá por inicios de 2009), Galgo y Juani, quien alguna vez supo ser campeón, pero luego cayó en los abismos, por lo cual la ralidad le pone como buen objetivo apuntar a terminar en la línea de flotación, mitad de tabla.
El nuevo torneo arrancó con un partido de altísimo vuelo. Un encuentro de gran ida y vuelta, parejo, exigente, rápido y preciso. Partidazo, sin más. Y con sorpresas. Sorpresas con nombre propio. Juani corrió mucho y Pato estuvo muy preciso. Al parecer, la motivación de arrancar con un torneo nuevo todo lo puede.
El team ganador empezó en ventaja y logró extenderla a tres goles (máxima diferencia que se estableció). La verticalidad y velocidad de Martín y Juanma era su arma de ataque. Pato aportó en la marca y más que nunca en el juego. Migue arrancó siempre desde atrás como primer eslabón de cada jugada, con importante sacrificio por un malestar general que lo tenía pálido. Pata, el quinto elemento, se destacó en el arco y como jugador de campo equilibró la mitad de la cancha, pero sin uso de su chutazo.
Del otro lado, la apuesta era la habilidosa sociedad Jito-Tuca, que por momentos funcionó bien y en otros no encontró conexión. Sin wi fi, banda ancha, ni al menos dial up, la batuta la tomaba entonces Juani, con el transitar del Galgo, más esforzado que efectivo. En uno y otro caso, Guindi se abocó a la marca casi con exclusividad, ya que sus proyecciones manusovichescas brillaron por su ausencia. En varias oportunidades llegaron a la igualdad transitoria y hasta a liderar el marcador por un gol de ventaja, pero en todo los casos esa situación favorable se desvaneció ante el primer ataque rival, que finalmente se impuso por un par de tantos.
El nuevo torneo arrancó con todo; fútbol de alto vuelo que eleva la exigencia invernal si se pretende mantener siempre el mismo nivel de juego. Así será hasta que comience a calentar el hermosos sol de primavera y ya con temperaturas elevadas y profundos escotes en cada vereda, allá por el 7 de diciembre se conocerá al campeón.
Johnnie Walker
Baldosa de oro: Martín
Baldosa de mimbre: Guindi
Baldosa asfaltada: Juanma
Baldosa redonda: Juani, por su gol a Martín.